miércoles, 27 de noviembre de 2019

Despertar

Después de 23 años desperté sola, el vacío en la cama se hizo realidad. No de la manera en que yo lo deseaba. Fue triste, demasiado.  Dolió mucho y sigue latente ese dolor, el recuerdo de cómo sucedieron las cosas me estremece y me hace llorar. Él no está más. Él cada día se sigue yendo. Un día ya no estará más. Gracias por la lección. Gracias por la oportunidad de poder pedir perdón y perdonar. Gracias por dejarme despedirme. Gracias por mis 3 hijos que ahora son los que me dan vida. Gracias por el regalo de una segunda vida. Gracias por dejarme despertar de aquella pesadilla.