sábado, 3 de noviembre de 2012

Cerro del Cristo Rey


En el pueblo de mis papás, que ni tan pueblo, es la cabecera municipal de Tenancingo, Estado de México, hay en un cerro un monumento a Cristo Rey, no es tan grande como el de Guanajuato o el de Brasil, pero para la gente de acá, es su identidad, que realmente los conocen más por su apodo de chayotes. En cada municipio la gente no se llama por su gentilicio, si no por su apodo, a ellos les han puesto chayotes porque en cualquier lado se da mucho dicha verdura, o como en Villa Guerrero que les dicen los burros, no por sus atributos, sino porque hace mucho tiempo, su única manera de transportarse era por medio del pobrecito burrito…


El cerro aparenta estar muy alto, y si, sólo un poco, y para poder subir existen dos maneras, por donde suben los autos o por las escaleras que le construyeron para que fuera más accesible  para la gente que le gusta ir caminando, 40 minutos aproximadamente es lo que se tarda uno en llegar a la cima. Muchos lo han agarrado como su lugar favorito para ejercitarse, y no los culpo, es un lugar hermoso, silencioso, lleno de árboles, realmente no hay mejor lugar, se presta para ir meditando.

Son 1200 escalones para llegar a la cima, pero no sólo eso hay que subir, para llegar a los escalones tenemos que subir una calle tan empinada que hace pensar que ir no fue buena idea. Desde la casa de mi abuela a este lugar, son 15 minutos, todo de subida.
 
 

Al terminar la calle hay un mirador y se puede observar el lugar, ahí ya me siento a gran altura, es hermoso!
 

Y comenzamos!!! Uno, dos, seis, veinte, ochenta… chet!!! Empieza a fallar la respiración, el sudor comienza a salir, y lo peor de todo es que los niños que van detrás de mí ya me están rebasando!… Empiezo a controlar la respiración, inhala profundo… exhala, otra vez!... inhala…. Exhala!! Volteo para atrás y quisiera regresar… pero mi orgullo me sigue llevando hacia arriba. Escalón 380, el hormigueo en las piernas ya está presente, la falta aire me obliga a detenerme y controlar nuevamente la respiración, el corazón comienza a brincar (espero sea de gusto!). Un poco de música para motivarme y el sentimiento de  culpa de los tacos de la noche anterior me sigue empujando hacia arriba.
 

Perdí la cuenta, ya lo que quiero es llegar y tomar un poco de agua. Al ir subiendo veo rostros desconocidos y muchos con la cara de felicidad de ir ya hacia abajo, eso me motiva más a lograr mi objetivo: tocar la cima! En el camino me encontré con un papá tomando de la mano a su pequeño hijo de no más de 5 años, el cual le iba diciendo: “ya ves, si nos hubiéramos regresado, no hubieras visto lo hermoso que es  desde allá arriba”… Dije para mí: gracias!!! Eso ayuda mucho, ya quiero llegar!!  Aunque eso ya lo sabía, he subido un gran número de veces, y siempre es el mismo arrepentimiento y el mismo gozo de llegar hasta arriba.
Al fin!!  Ahí estás!!! Siiiiii, es hermoso!... el último escalón!!!
 


Es impactante verse de frente ante una obra de este tamaño, no tengo el dato del tamaño exacto, pero me hace sentir aún más pequeña de lo que soy. Y algo de lo que me río cada vez que estoy allá arriba, es de lo que cuentan mis tíos, ellos siendo muy trabajadores, dicen que los hombres de este lugar son muy “huevones” o sea flojos, y que el Cristo Rey se los pusieron porque les está levantando los brazos diciéndoles: “No sean huevones, pónganse a trabajar” jajajajaja….

Este es mi Tenancingo, tierra cálida, abundante en deliciosa comida y lugares hermosos, tierra que vio nacer a mis padres, lugar donde viví todos los fines de semana de mi infancia y juventud. No puedo describir lo mucho que me encanta, sólo sé que disfruto estar aquí.
 

Y aquí voy de regreso, durante el regreso voy pensando que mañana no me podré mover, que las piernas sentirán cada escalón el triple de lo que son, que cualquier movimiento me dolerá. Pero con la gran satisfacción de haber logrado subir y disfrutado ese gran paseo, aunque doloroso, con el premio de ver lo maravilloso que es este lugar.



 

Y así es mi vida, con grandes retos, difíciles y con cuestas muy empinadas, pero siempre con la convicción que puedo esforzarme más para tocar la cima, el dolor siempre pasa, no es permanente, él se irá y yo seguiré lista para el siguiente reto, o quizás para el mismo de todos los días.
 
 



 

3 comentarios:

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  2. CRISTO REY DE TENANCINGO

    Venimos al Cerro de las Tres Marías,
    con vida, con alma, en pos de alegrías,
    rogándote paz, guardián Cristo Rey,
    sobre Tenancingo, derrama tu ley.

    La fe, que ha sufrido, mil cien resbalones,
    va en busca de ti, subiendo escalones,
    aquí, en tu lugar, “Pequeña Muralla”,
    ni penas, miseria, nada te avasalla.

    “Estrella del Sur”, perpetua, en el viento,
    milagro de luz, recibe el aliento,
    de Jesús Hernández, un cura bendito,
    idea, más la obra del padre “Panchito”.

    Gloria bien posada, sobre un pedestal,
    hermosa grandeza del ser celestial,
    Señor de Señores, sientas tus reales,
    dominando el valle, puntos cardinales.

    Mirada infinita, rumbo al horizonte,
    un rezo que parte desde el sacromonte,
    parece elevarse, con rumbo hacia el cielo,
    las nubes, preciosas, descubren su velo.

    La túnica larga, de cuello a los pies,
    todopoderoso, suma sencillez,
    las manos, las palmas, piden caridad,
    súplica que implora, confianza, bondad.

    Eres todo blanco, tu edén es azul,
    la maldad se guarda dentro de un baúl,
    eres propietario del fiel, pobre, diezmo,
    amor, consagrado al Dios puro, eterno.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Tenancingo de Degollado, Estado de México, 28 de febrero del 2017
    Dedicado a la Sra. Lic. Emigdia Clementina Sánchez Cruzalta (Emi Sánchez Cruzalta)
    Reg. SEP Indautor No. (en trámite)

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  3. CRISTO REY DE TENANCINGO

    Venimos al Cerro de las Tres Marías,
    con vida, con alma, en pos de alegrías,
    rogándote paz, guardián Cristo Rey,
    sobre Tenancingo, derrama tu ley.

    La fe, que ha sufrido, mil cien resbalones,
    va en busca de ti, subiendo escalones,
    aquí, en tu lugar, “Pequeña Muralla”,
    ni penas, miseria, nada te avasalla.

    “Estrella del Sur”, perpetua, en el viento,
    milagro de luz, recibe el aliento,
    de Jesús Hernández, un cura bendito,
    idea, más la obra del padre “Panchito”.

    Gloria bien posada, sobre un pedestal,
    hermosa grandeza del ser celestial,
    Señor de Señores, sientas tus reales,
    dominando el valle, puntos cardinales.

    Mirada infinita, rumbo al horizonte,
    un rezo que parte desde el sacromonte,
    parece elevarse, con rumbo hacia el cielo,
    las nubes, preciosas, descubren su velo.

    La túnica larga, de cuello a los pies,
    todopoderoso, suma sencillez,
    las manos, las palmas, piden caridad,
    súplica que implora, confianza, bondad.

    Eres todo blanco, tu edén es azul,
    la maldad se guarda dentro de un baúl,
    eres propietario del fiel, pobre, diezmo,
    amor, consagrado al Dios puro, eterno.

    Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
    Tenancingo de Degollado, Estado de México, 28 de febrero del 2017
    Dedicado a la Sra. Lic. Emigdia Clementina Sánchez Cruzalta (Emi Sánchez Cruzalta)
    Reg. SEP Indautor No. (en trámite)

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