En el pueblo de mis papás, que ni
tan pueblo, es la cabecera municipal de Tenancingo, Estado de México, hay en un
cerro un monumento a Cristo Rey, no es tan grande como el de Guanajuato o el de
Brasil, pero para la gente de acá, es su identidad, que realmente los conocen
más por su apodo de chayotes. En cada municipio la gente no se llama por su
gentilicio, si no por su apodo, a ellos les han puesto chayotes porque en
cualquier lado se da mucho dicha verdura, o como en Villa Guerrero que les
dicen los burros, no por sus atributos, sino porque hace mucho tiempo, su única
manera de transportarse era por medio del pobrecito burrito…
El cerro aparenta estar muy alto,
y si, sólo un poco, y para poder subir existen dos maneras, por donde suben los
autos o por las escaleras que le construyeron para que fuera más accesible para la
gente que le gusta ir caminando, 40 minutos aproximadamente es lo que se tarda uno en llegar a la cima. Muchos lo han agarrado como su lugar favorito
para ejercitarse, y no los culpo, es un lugar hermoso, silencioso, lleno de
árboles, realmente no hay mejor lugar, se presta para ir meditando.
Son 1200 escalones para llegar a la cima,
pero no sólo eso hay que subir, para llegar a los escalones tenemos que subir
una calle tan empinada que hace pensar que ir no fue buena idea. Desde la casa de mi abuela a este lugar, son 15 minutos, todo de subida.
Al terminar la calle hay un
mirador y se puede observar el lugar, ahí ya me siento a gran altura, es
hermoso!
Y comenzamos!!! Uno, dos, seis,
veinte, ochenta… chet!!! Empieza a fallar la respiración, el sudor comienza a
salir, y lo peor de todo es que los niños que van detrás de mí ya me están
rebasando!… Empiezo a controlar la respiración, inhala profundo… exhala, otra
vez!... inhala…. Exhala!! Volteo para atrás y quisiera regresar… pero mi
orgullo me sigue llevando hacia arriba. Escalón 380, el hormigueo en las
piernas ya está presente, la falta aire me obliga a detenerme y controlar
nuevamente la respiración, el corazón comienza a brincar (espero sea de gusto!). Un poco de música para motivarme y el sentimiento de culpa de los
tacos de la noche anterior me sigue empujando hacia arriba.
Perdí la cuenta, ya lo que quiero
es llegar y tomar un poco de agua. Al ir subiendo veo rostros desconocidos y
muchos con la cara de felicidad de ir ya hacia abajo, eso me motiva más a
lograr mi objetivo: tocar la cima! En el camino me encontré con un papá tomando
de la mano a su pequeño hijo de no más de 5 años, el cual le iba diciendo: “ya
ves, si nos hubiéramos regresado, no hubieras visto lo hermoso que es desde allá arriba”… Dije para mí: gracias!!!
Eso ayuda mucho, ya quiero llegar!!
Aunque eso ya lo sabía, he subido un gran número de veces, y siempre es
el mismo arrepentimiento y el mismo gozo de llegar hasta arriba.
Al fin!! Ahí estás!!! Siiiiii, es hermoso!... el último
escalón!!!
Es impactante verse de frente
ante una obra de este tamaño, no tengo el dato del tamaño exacto, pero me hace
sentir aún más pequeña de lo que soy. Y algo de lo que me río cada vez que
estoy allá arriba, es de lo que cuentan mis tíos, ellos siendo muy
trabajadores, dicen que los hombres de este lugar son muy “huevones” o sea
flojos, y que el Cristo Rey se los pusieron porque les está levantando los
brazos diciéndoles: “No sean huevones, pónganse a trabajar” jajajajaja….
Este es mi Tenancingo, tierra
cálida, abundante en deliciosa comida y lugares hermosos, tierra que vio nacer
a mis padres, lugar donde viví todos los fines de semana de mi infancia y
juventud. No puedo describir lo mucho que me encanta, sólo sé que disfruto
estar aquí.
Y aquí voy de regreso, durante el
regreso voy pensando que mañana no me podré mover, que las piernas sentirán
cada escalón el triple de lo que son, que cualquier movimiento me dolerá. Pero
con la gran satisfacción de haber logrado subir y disfrutado ese gran paseo,
aunque doloroso, con el premio de ver lo maravilloso que es este lugar.
Y así es mi vida, con grandes
retos, difíciles y con cuestas muy empinadas, pero siempre con la convicción
que puedo esforzarme más para tocar la cima, el dolor siempre pasa, no es
permanente, él se irá y yo seguiré lista para el siguiente reto, o quizás para
el mismo de todos los días.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarCRISTO REY DE TENANCINGO
ResponderEliminarVenimos al Cerro de las Tres Marías,
con vida, con alma, en pos de alegrías,
rogándote paz, guardián Cristo Rey,
sobre Tenancingo, derrama tu ley.
La fe, que ha sufrido, mil cien resbalones,
va en busca de ti, subiendo escalones,
aquí, en tu lugar, “Pequeña Muralla”,
ni penas, miseria, nada te avasalla.
“Estrella del Sur”, perpetua, en el viento,
milagro de luz, recibe el aliento,
de Jesús Hernández, un cura bendito,
idea, más la obra del padre “Panchito”.
Gloria bien posada, sobre un pedestal,
hermosa grandeza del ser celestial,
Señor de Señores, sientas tus reales,
dominando el valle, puntos cardinales.
Mirada infinita, rumbo al horizonte,
un rezo que parte desde el sacromonte,
parece elevarse, con rumbo hacia el cielo,
las nubes, preciosas, descubren su velo.
La túnica larga, de cuello a los pies,
todopoderoso, suma sencillez,
las manos, las palmas, piden caridad,
súplica que implora, confianza, bondad.
Eres todo blanco, tu edén es azul,
la maldad se guarda dentro de un baúl,
eres propietario del fiel, pobre, diezmo,
amor, consagrado al Dios puro, eterno.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Tenancingo de Degollado, Estado de México, 28 de febrero del 2017
Dedicado a la Sra. Lic. Emigdia Clementina Sánchez Cruzalta (Emi Sánchez Cruzalta)
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)
CRISTO REY DE TENANCINGO
ResponderEliminarVenimos al Cerro de las Tres Marías,
con vida, con alma, en pos de alegrías,
rogándote paz, guardián Cristo Rey,
sobre Tenancingo, derrama tu ley.
La fe, que ha sufrido, mil cien resbalones,
va en busca de ti, subiendo escalones,
aquí, en tu lugar, “Pequeña Muralla”,
ni penas, miseria, nada te avasalla.
“Estrella del Sur”, perpetua, en el viento,
milagro de luz, recibe el aliento,
de Jesús Hernández, un cura bendito,
idea, más la obra del padre “Panchito”.
Gloria bien posada, sobre un pedestal,
hermosa grandeza del ser celestial,
Señor de Señores, sientas tus reales,
dominando el valle, puntos cardinales.
Mirada infinita, rumbo al horizonte,
un rezo que parte desde el sacromonte,
parece elevarse, con rumbo hacia el cielo,
las nubes, preciosas, descubren su velo.
La túnica larga, de cuello a los pies,
todopoderoso, suma sencillez,
las manos, las palmas, piden caridad,
súplica que implora, confianza, bondad.
Eres todo blanco, tu edén es azul,
la maldad se guarda dentro de un baúl,
eres propietario del fiel, pobre, diezmo,
amor, consagrado al Dios puro, eterno.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Tenancingo de Degollado, Estado de México, 28 de febrero del 2017
Dedicado a la Sra. Lic. Emigdia Clementina Sánchez Cruzalta (Emi Sánchez Cruzalta)
Reg. SEP Indautor No. (en trámite)