He tratado de ser una adulta responsable en cada uno de los aspectos de mi vida; en el trabajo: cumplir con los horarios, las fechas de entregas de trabajos y llevar al pie de la letra mi ética profesional y moral.. En la escuela: cumplo mis tareas, mis horarios de estudio, los trabajos de laboratorio y las horas correspondientes a la clínica. Con mis hijos: darles lo necesario para la escuela y sus actividades extracurriculares, ayudarles con las tareas, llevarlos al médico cuando lo requieren, hacer de taxi de tiempo completo para ellos. Con mi marido y mis padres tengo el más grande de los respetos y atenciones. En casa, con las obligaciones que me corresponden, porque en casa todos tienen una. Me falta algo?.... mmmm.... no! NO??? y yo??? A caso yo no tengo responsabilidades conmigo misma???
Tal vez nadie me lo había dicho y yo no me había puesto a pensar en ello, pero también yo necesito de mis propios cuidados.
No hace mucho descubrí que la parte emocional de mi vida requiere más atención que mi cuerpo, si mis emociones no están bien, mi cuerpo tampoco lo está. Y este año me propuse ser egoísta y ponerme más atención. No me ha costado mucho trabajo, ahora soy más envidiosa con mi tiempo y mi dinero, soy berrinchuda cuando algo no me parece y sé que puedo lograr algo mejor; lloro un poco más sin exagerar, quiero más a los que me quieren y les doy el tiempo que requieren de mi, busco la manera de estar sola aún cuando todos están en casa, duermo cuando tengo que dormir, beso cuando tengo que besar y los más importante, río mucho y a carcajadas. No ha sido difícil, solo comparo todo esto a las actitudes que tienen mis hijos, son niños y ellos exigen, aman, ríen, lloran, besan y se enojan sin tener que preocuparse de las consecuencias, así he hecho yo últimamente, y gracias a esto descubro que cada día soy un poco mas niña y que estoy aprendiendo a vivir la vida sin restar a nadie, sin lastimar a nadie y sobre todo, dándome la oportunidad de vivir cada día sin preocuparme en lo que me depara el mañana... (eso, se lo he dejado a Dios)
Tal vez nadie me lo había dicho y yo no me había puesto a pensar en ello, pero también yo necesito de mis propios cuidados.
No hace mucho descubrí que la parte emocional de mi vida requiere más atención que mi cuerpo, si mis emociones no están bien, mi cuerpo tampoco lo está. Y este año me propuse ser egoísta y ponerme más atención. No me ha costado mucho trabajo, ahora soy más envidiosa con mi tiempo y mi dinero, soy berrinchuda cuando algo no me parece y sé que puedo lograr algo mejor; lloro un poco más sin exagerar, quiero más a los que me quieren y les doy el tiempo que requieren de mi, busco la manera de estar sola aún cuando todos están en casa, duermo cuando tengo que dormir, beso cuando tengo que besar y los más importante, río mucho y a carcajadas. No ha sido difícil, solo comparo todo esto a las actitudes que tienen mis hijos, son niños y ellos exigen, aman, ríen, lloran, besan y se enojan sin tener que preocuparse de las consecuencias, así he hecho yo últimamente, y gracias a esto descubro que cada día soy un poco mas niña y que estoy aprendiendo a vivir la vida sin restar a nadie, sin lastimar a nadie y sobre todo, dándome la oportunidad de vivir cada día sin preocuparme en lo que me depara el mañana... (eso, se lo he dejado a Dios)
