Cambian según las personas que nos rodean, quienes nos han abandonado o quienes van llegando a nuestra vida.
Nos cambia el dolor, el desamor, la tranquilidad y el bullicio. Cambiamos a la mínima provocación, para bien, para mal o para peor.
Cambia nuestra sonrisa dependiendo quien nos haga reír. Vemos de diferente manera antes y después del amor. Las palabras cambian con el miedo, con el amor y son confusas ante la mentira.
Hasta la voz nos cambia al hablar de nuestras alegrías y nuestras tristezas. Nada es igual, nada es eterno. La vida misma cambia, ayer no es igual a hoy, hoy se transformará en mañana, y mañana hará la diferencia con el ayer.
Yo he cambiado, me he transformado, ya no lloro por lo que ayer mis ojos desprendían lágrimas, vivo mi hoy con más intensidad por si mañana no podré hacerlo. Y espero el mañana con más gusto gozando cada momento de mi hoy.
No soy la misma, mi vida va cambiando, mis sentimientos no son los mismos, mi sonrisa es más reservada, pero cuando río lo hago con más fuerza.
Las vivencias no me han hecho más experta, pero sí más cautelosa. ¿Cómo no cambiar? si ni el amor vuelve a ser el mismo aún después de haber experimentado el perdón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario