Claro que no soy una madre normal cuando prohibo que mis hijos digan mentiras. Cuando les pido que guarden la basura en sus bolsillos hasta llegar a casa. Cuando les pido que devuelvan lo que se han encontrado, todo tiene dueño. Cuando les exijo respeto entre ellos. Cuando les he tenido que aplicar un correctivo y explicarles el porqué. Cuando doy mi vida por ellos. Cuando mi deseo es mantenerlos lejos del sufrimiento y los problemas.
Cuando mi propio cansancio y dolor desaparece al verlos sonreír.
Cuando les pido que busquen lo que les haga feliz.
viernes, 10 de mayo de 2013
No soy una madre normal...
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