Ayer y hoy mis ojos se han visto constantemente inundados de lágrimas. Nunca había llorado tanto por felicidad. Hoy me doy cuenta que a pesar de no haber estado cerca de mi familia en mi cumpleaños, estuve rodeada de mi otra familia: mis amigos.
Haber hecho algo extraordinario en el único día del año en que soy el centro de atención, me ayudó a comprender que no sólo mis consanguíneos me pueden ayudar a pasar un buen cumpleaños. Uno de los mejores regalos de ayer fue que me di cuenta que no estoy sola, que la soledad es un momento que encuentro cuando yo así lo deseo, que sólo tengo que voltear a mi alrededor para encontrar a alguien con quien platicar, llorar, compartir, reír o simplemente hablar y que esa cantidad de amigos siempre han estado ahí desde hace 37, 30, 20, 15, 10. 5 o desde hace un año o menos y no importa la antigüedad, el cariño es el mismo. El llanto que he experimentado desde ayer ha tenido el mejor de los sabores, la mejor de las satisfacciones. Aún no puedo controlarlo, me siento completamente feliz, y esa felicidad se sigue desbordado por los ojos.
Este es mi agradecimiento a aquellos que me dedicaron unos segundos de su día para felicitarme.
Los amigos son la familia que nosotros escogemos. Ayer
obtuve la muestra de amor más grande que nunca había recibido, decenas de
mensajes, llamadas y correos invadieron mi cumpleaños. Jamás en mi vida me
había sentido tan apapachada. Hoy me doy cuenta que ha valido la pena dedicar un
poco de mi tiempo para compartir mi vida con cada uno de mis amig@s. Aunque no
todo el tiempo se puede dar mucho, ese poco de tiempo me ha dado una alegría
enorme. Agradezco a cada uno de mis hermanos, amigos, tíos, primos y hasta
pacientes que me abrazaron a la distancia. Soy una mujer muy afortunada de
tener una hermosa familia. TODOS SON MI FAMILIA!!! Los quiero y estoy ultramega feliz por tanto
amor recibido.
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