La maternidad es una de las partes de mi vida que más me ha dolido, yo que me jacto de decir que tengo el umbral del dolor muy alto, quien se dejaba hacer una amalgama sin anestesia, que las heridas de las 6 cirugías que tiene mi cuerpo han sido dolorosas pero soportables y puedo decir que, "no es para tanto" como muchas mujeres suelen quejarse. Pero es inolvidable ese dolor de 12 horas de trabajo de parto y verlo culminado en el quirófano debido a una cesárea. Ah! pero el dolor del que hablo no es corporal, es ese dolor del alma al ver que un ser, que no ha pedido venir al mundo, ahora depende 100% de este imperfecto ser humano (o sea, yo!), y repetir esto dos veces más.
Mis hijos y yo hemos aprendido a no cometer tantas fallas, ellos por su lado, entienden que soy estricta en las áreas más importantes como la escuela, su educación moral, la religión, y en su salud. Con respecto a educar su carácter he tratado por todos los medios de no modificar ni su forma de pensar, sus gustos, sus ambiciones o deseos, esa es la esencia de cada uno de mis hijos, no quiero 3 hijos perfectamente iguales a los cuales con una palabra mía ellos sean completamente automatizados y cumplan mi santa voluntad, en pocas palabras, no repetir el patrón que hubo en mi casa con mi madre y del cual yo si logré romper a tiempo.
Mis hijos y yo hemos aprendido a no cometer tantas fallas, ellos por su lado, entienden que soy estricta en las áreas más importantes como la escuela, su educación moral, la religión, y en su salud. Con respecto a educar su carácter he tratado por todos los medios de no modificar ni su forma de pensar, sus gustos, sus ambiciones o deseos, esa es la esencia de cada uno de mis hijos, no quiero 3 hijos perfectamente iguales a los cuales con una palabra mía ellos sean completamente automatizados y cumplan mi santa voluntad, en pocas palabras, no repetir el patrón que hubo en mi casa con mi madre y del cual yo si logré romper a tiempo.
Me duele educarlos porque dentro de esta sociedad desequilibrada, las madres y los hijos no saben distinguir entre lo que se debe hacer y hacer lo que siempre han venido haciendo, ya sea por tradición o porque así las educaron a ellas. Yo siempre he dicho el el problema más grande que sufre nuestra sociedad es una madre que no sabe educar a su hijo, poner límites y enseñar que la vida tiene reglas que no deben romperse, sobre todo cuando ya afectan a terceros.
Desde que son pequeños han luchado con lo que viven en casa y lo que ven fuera de ella. Muchas veces he tenido que corregir actitudes aprendidas en casa de los primos o los amigos, quizás en el momento no lo entendían, pero ahora agradecen y se alegran de haber tenido los límites marcados, eso les ha abierto las puertas en cualquier lugar y el cariño de quienes los han conocido.
No todo es miel sobre ojuelas y aunque parece fácil, no lo ha sido, he tenido que soportar palabras hirientes como: "te odio", "ya no te quiero", "eres una mala mamá", "mi abuela me quiere más", o en el peor de los casos, aguantar el silencio, ese silencio que más me duele y que quisiera que se rompiera con una palabra hiriente.
Yo fui educada, cuando lo meritaba, con la ayuda de un cinturón de piel color café, el cual siempre estaba a la mano, de esa mano tan veloz de mi madre, a la cual no le guardo rencor debido a que conforme fui creciendo, fui entendiendo que cada golpe llevaba dolor pero el aprendizaje incluido.
De la misma manera aprendí a educar a mis hijos, no lo considero violencia, siempre le he dado el nombre de correctivo, cuando las palabras no son suficientes para que su inteligencia lo procese, el golpe viene a darles en el cuerpo la enseñanza y el recordatorio para que no se les vuelva a olvidar (un golpe jamás se olvida). Y aquí es donde viene mi dolor, me duele, quizá más que a ellos, y aunque soy consciente de que esto me evitará dolores futuros, no dejo de sentir dolor en mi alma. Después de ese correctivo, viene la plática, donde no pueden ver que me duele más que a ellos, mostrar debilidad provoca que sepan que son mi punto débil. Regularmente todo termina en un "lo siento mamá" acompañado de un beso y un "te amo".
Dejo esta canción en honor a todos esos niños que son golpeados sin razón y a mi madre, ella tuvo una madre que la golpeaba mucho.
Dejo esta canción en honor a todos esos niños que son golpeados sin razón y a mi madre, ella tuvo una madre que la golpeaba mucho.
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