Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
MADRE TERESA DE CALCUTA
El ser una persona centrada, analítica, responsable, considerada, cariñosa, leal, servicial y a veces hasta adivina, es una carga muy pesada el cual llevo sobre los hombros desde hace más de 16 años. El comenzar a tomar las riendas de mi propia vida, no comenzó a los 18 años, como muchos jóvenes creen que va a suceder. Hasta hace poco aún me he considerado "hija de familia". Las riendas de mi vida las comencé a tener aproximadamente no hace más de 5 años y poco a poco cada uno de mis actos se van convirtiendo en una decisión propia y todo aquello que realizo es 100% por mi esfuerzo y convicción.
No todas las veces he logrado cumplir el objetivo de mis metas, pero nunca he abandonado una tarea o un sueño, aunque esto implique poner de cabeza a mas de uno, porque soy muy terca cuando deseo hacer algo, así me tarde el doble de tiempo, siempre procuro llegar hasta donde he depositado mis sueños.
De dos años para acá, he comenzado a despegar, mis alas se han desplegado y el aleteo comienza a elevarme. Mis sueños comienzan a hacerse realidad, las metas que me había planteado y que se habían visto frustradas una y otra vez, ahora comienzan a tomar forma. En este momento puedo estar segura que mi ilusión de volar no era imposible de cumplir. Dentro de mi tristeza hay alegría, en mi encadenamiento hay libertad, mis alas me han dado la fuerza de continuar sin miedo a caer, porque ese poder de volar, me lo he regalado yo sin saber que podía hacerlo. Sé que está latente el peligro de caer, pero ya no existe el miedo, bueno sí claro que sí lo hay, pero no dejaré de intentar retomar el vuelo en cuanto sanen las heridas de una caída anterior.
Definitivamente no me perderé esta maravillosa experiencia de volar, mi fuerza interna y la fuerza que me dan aquellos que me rodean y que me aman, es el combustible suficiente para seguir en el vuelo y de quienes tendré que sujetarme tan fuerte como pueda para que cualquier caída sea lo menos dolorosa posible.
Yo no creo que haya perdido la cordura como algunos lo creen, al contrario, cada acto, cada decisión está tomada con la convicción de que es lo que quiero y es bueno para mi y para seguir en la búsqueda de ese maravilloso tesoro llamado felicidad.
Nuestros sueños, nuestra vida, y la decisión de cambiar en pro de nuestra felicidad son solo nuestros. Nadie por mas que lo intente puede hacerlo por nosotros. Me encanto esta entrada también!
ResponderEliminar