domingo, 3 de junio de 2012

Un ángel más en el cielo...

Siempre que muere un niño decimos que ahora es un ángel que está en el cielo. Los niños son ángeles que habitan la tierra y rondan entre nosotros sin que nos demos cuenta que son los que traen la alegría a nuestros corazones cuando sentimos que algo se nos rompe dentro. Son ellos quienes nos enseñan que aunque te caigas y llores, no debes abandonar el juego, porque te estabas divirtiendo. Nos demuestran que aunque tengan deficiencias físicas, no hay razón para dejar de sonreír y vivir.
Cuando el dolor les aqueja sufren y aunque nos preocupamos, ellos confían más en el doctor y en que todo va a salir bien.
Disfrutar a un hijo desde el momento de su nacimiento hasta que uno de los dos deje de existir, es el tiempo mejor invertido.
Son los mejores maestros para ayudarnos a ver la vida de la mejor manera, reír sin parar, amar sin discriminar, besar sin importar a quién, y perdonar sin dejar pasar tanto tiempo para hacerlo.
Estos angelitos que Dios  ha escogido como compañía de nuestra vida son el regalo más preciado, y aunque algunos ya no estén entre nosotros han dejado el aprendizaje, depende de nosotros aprender de ellos lo que nos vinieron a enseñar.
Zoe: Fortaleza, grandeza, tenacidad, amor... Dios te mandó a la tierra a darle una gran lección a tu papi... nunca desistir!!!

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